Crisis de la
fotografía documental o muerte del foto reporterismo.
Para
algunos observadores este nuevo fenómeno de la popularización del
fotoperiodismo significa su muerte desde el punto de vista que este puede ser
desarrollado ya no de manera exclusiva por profesionales de la información,
sino por cualquiera que tenga un teléfono móvil. Ante ello dice La Tecla, la
asociación de periodistas cubanos:
Producto
de esta instantaneidad, en la actualidad, la mayoría de las personas son
productoras de imágenes de los hechos, lo que definitivamente tiene que tenerse
en cuenta, porque lo que antes se reservaba para una elite (los profesionales
de la fotografía) ahora es accesible a todos. En este sentido, Pedro Meyer,
periodista mexicano destaca que "armados con una cámara digital de vídeo o
de fotos, o un teléfono portátil con la tecnología de imagen fija o móvil,
cualquiera está ahora en condiciones de producir y difundir por Internet los
documentos que ha registrado o captado. Se terminó el poder absoluto -incluso
la arrogancia- de los profesionales".
Para
otros se trata de una crisis de la fotografía documental,43 así como se habla
de una crisis de los medios.44 Mientras Jacob Riis hacia finales del siglo XIX
elaboró todo un trabajo en los bajos fondos de Nueva York para sacar la
realidad social marginal a la luz pública, en la actualidad las cámaras de los
aficionados están prácticamente en todo el planeta y basta digitar en los
motores de búsqueda cualquier término sobre cualquier problema o situación en
cualquier parte del mundo para obtener fotografías. De ello La Tecla de Cuba
analiza que dicha crisis implica que ningún acontecimiento puede escapar al
reflejo de la imagen "lo cual es beneficioso para el día a día que implica
el periodismo convencional".45 Es decir, los profesionales de la
información deben ver esta nueva época como una oportunidad, más que como una
amenaza a la profesión y el cambio en lo que significa la imagen para los
habitantes del siglo XXI, así como lo fue durante el siglo XIX cuando a la
pintura le surgió la fotografía misma. Por el contrario, el fotógrafo Clemente
Bernad46 dice que no hay tal crisis desde que el fotoperiodismo siempre lo ha
estado:
Desde
hace unos años se oye hablar intensamente de la crisis del fotoperiodismo. Sin
embargo, parece claro que no ha habido un solo momento en su devenir que no
haya estado marcado por la inestabilidad, la oscuridad o la incertidumbre. El
fotoperiodismo ha estado en crisis desde el mismo momento de su nacimiento,
entre otras razones porque la utilización de fotografías en los medios de
comunicación se hizo con la intención espuria de mostrarlas como evidencia,
como prueba irrefutable de lo que aparentemente muestran. Y ahí quizás radique
su gran mentira, la marca de origen que lo ha contaminado de sospecha y de
descrédito. El gran problema radica en la propia identidad de las imágenes
fotográficas. Aunque se lo pueda parecer al no avisado, las fotografías no
explican, no demuestran ni verifican nada. Las fotografías son elocuentes y
eficaces porque juegan hábilmente con la apariencia, con el tiempo, con la
ambigüedad y con la confianza del lector, pero en realidad confunden y no
prueban nada: no se puede confiar en ellas.
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